Ya no tenemos que andar de puntillas sobre los detalles del nuevo SL o recurrir a información de segunda mano. La sexta generación del descapotable de Mercedes ya ha sido descubierta como anticipo a su debut oficial en el Salón del Automóvil de Detroit del próximo en enero, y con su anuncio oficial podemos ya por fin conocer todas las interioridades de este icono alemán que aspira a ofrecer el refinamiento de un Clase S en la carrocería de un biplaza descapotable.
Exteriormente ya no presenta sorpresa alguna tras las continuas filtraciones de los últimos días. La carrocería, que combina la nariz del SLS AMG con influencias del SL "Pagoda" y unos faros de inspiración retro, ha creado suscitado reacciones encontradas; hay quien lo considera un acertado rediseño de un coche cuya esencia misma pedía más señorío, pero tampoco faltan los que creen que el nuevo SL es fruto de una inconexa mezcla de estilos. Personalmente he de decir que agradezco inmensamente detalles como los grupos ópticos al estilo R107 y su enorme boca (qué voy a decir, siendo fan de los Merches cuadrados de siempre), lo cual no quita para que pueda comprender las críticas.
Más coherente es el habitáculo, con los aireadores en punto de mira del SLS (también vistos en el nuevo SLK), y elegantísimas combinaciones de cuero, madera, fibra de carbono y metal, presentes en detalles como el grabado con el nombre del fabricante en el fondo de aluminio del volante.
Siendo uno de los modelos más representativos de Mercedes, el fabricante alemán ha introducido una serie de primicias técnicas en el nuevo SL que más tarde podrían extenderse a otros modelos. La primera de ellas es el equipo de audio FrontBass, que monta las cajas de bajos no en las puertas o en la parte trasera del habitáculo, sino a los pies de los ocupantes, concretamente en el propio chasis para aprovechar las cualidades acústicas de la nueva estructura de aluminio, que hace resonar el sonido de forma más clara y libera espacio en el resto del coche.
Otro detalle interesante son los nuevos limpiaparabrisas Magic Vision Control, que expulsan el fluido a través de unas microperforaciones en las propias escobillas. Su diseño hace casi imposible salpicar a los ocupantes, y junto al sistema calefactor integrado, permite limpiar rápidamente cualquier resto de nieve o hielo depositado en el cristal. Por último, Mercedes también ha integrado uno de esos sistemas de apertura del maletero tan en boga estos días, que sólo requieren que el conductor pase el pie por debajo del paragolpes trasero para abrir o cerrar la tapa.
El techo, aunque todavía rígido (los guiños al pasado no han querido llegar tan lejos como para cambiar su techo escamoteable por uno de lona, por desgracia), puede equipar el Magic Sky Control visto en el último SLK. Este sistema electrocrómico permite modificar la orientación de pequeñas partículas magnéticas en el vidrio del techo modificando una pequeña corriente eléctrica, de forma que se oscurece con el toque de un botón para proteger a los ocupantes. Se integra en un nuevo techo electrohidráulico con estructura de magnesio (unos 6 kg menos que en el modelo saliente), que se puede cerrar o abrir en menos de 20 segundos.
La técnica también la conoces, pero no por ello vamos a dejar de darle un repaso. Los corazones escogidos por Mercedes para motorizar al nuevo SL serán inicialmente dos: un 3.5 V6 instalado en el SL350, y el 4.7 V8 biturbo reservado para el SL500. Ambos se asociarán a una caja automática de siete velocidades.
Además de disponer de una potencia notable (306 y 435 CV respectivamente), tendrán la enorme ventaja de tener que mover un coche sensiblemente más ligero y un 20% más rígido gracias al uso de aluminio y algunos componentes fabricados en magnesio, tales son el techo y el depósito de combustible. Sólo la estructura pesa 110 kg menos, y completo, el nuevo SL500 ha perdido 125 kg frente al modelo saliente, lo que le permite acelerar de 0 a 100 en sólo 4,6 segundos, u 8 decimas menos que su predecesor, cifra que asciende a 5,9 segundos en el caso del SL350 (con una reducción de 3 décimas y una pérdida de 140 kg). Gracias a sus nuevos motores a su dieta de adelgazamiento, Mercedes estima una optimización en los consumos de entre el 22 y el 29 por ciento.