A primera vista el nuevo Opel Monza abre la puerta de lo que se considera una nueva etapa en diseño para Opel, e incluso va más allá proponiendo desarrollo, conectividad y mecánica. De esta manera, en el modelo convergirán las metas que se ha propuesto la marca para su próxima generación de productos y cuyo inicio se dio con el compacto Adam.
De esta forma, el Monza representará un avance para todas las líneas de trabajo y también será el pilar para futuros modelos, llegando a crear una división de autos de lujo, como lo ha definido la propia firma.
La impresión que quiere dejar el Opel Monza es la de ser un deportivo agresivo, aspecto que ya va dejando en claro su frontal estilizado que destaca unas farolas rasgadas y las anchas tomas laterales del bómper, sumado a su aparente corta altura.
Otros dos aspectos quiere hacer notar el Opel Monza como anticipo al salón alemán: conectividad y eficiencia. La firma hace hincapié en el aspecto multimedia del auto dejando claro que presentará importantes adelantos; mientras que en lo relativo a la eficiencia, Opel habla de materiales, aerodinámica y de una innovadora solución para su tren de rodaje.
En septiembre veremos todos los detalles del auto, que dicho sea de paso, esperemos que pueda superar la etapa conceptual para llegar a producción.
El Opel Monza fue un coupé que fabricó la compañía alemana entre 1978 y 1986. Era la versión de dos puertas del Senator, con el cual tenía muchos elementos comunes. Se presentó en 1977 en el Salón del Automóvil de Frankfurt. Tenía dos versiones, la E y la GSE, que incorporaban un motor 3 litros de 180 caballos de potencia. El nombre hace referencia a la ciudad italiana de Monza.
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